martes, 27 de febrero de 2018

Bolivia: Informe de movilización II

Análisis y Opinión de Bolivia

El pasado 21 de febrero el gobierno y las fuerzas opositoras midieron fuerzas políticas en todo el país, está claro que el gobierno tiene un grave problema de legitimación y una incapacidad de movilizar a la población como antes lo hacía. La población en general mostró un enorme descontento por las políticas gubernamentales y en particular por el intento de Evo Morales de repostularse, una vez más, como candidato a la presidencia del país.
El MAS movió todo su aparato logístico para aclamar como candidato a Evo Morales, en Santa Cruz lo hizo el día anterior, el 20 de febrero, en la plaza del Chiriguano, esa fue la máxima concentración lograda, y en esa misma ciudad, al día siguiente el paro fue convocado por el Comité Cívico y se ejecutó con gran disciplina. Es importante señalar que los sectores más conservadores que se oponen a Evo Morales se encuentran en ese departamento, aunque la movilización no es solo de éstos conservadores reaccionarios, el descontento con el MAS se extiende a diversas capas de la población.
En Cochabamba las fuerzas se midieron el mismo día 21, y hubo algunos amagues de enfrentamientos. Los militantes del MAS fueron principalmente campesinos del Chapare, bastión de Evo Morales, aunque también participaron otros sectores del movimiento popular cooptados por el gobierno. Los dirigentes del MAS venían diciendo que toda la movilización iba a ser voluntaria, que el gobierno no iba a mover su aparato logístico, sin embargo los hechos desmintieron esas afirmaciones.
En otros departamentos como Tarija, Sucre, Potosí, Oruro, Beni y Pando hubo movilizaciones aunque no paros, la protesta contra el gobierno alcanzó ciertos niveles de concurrencia y en algunos puntos hubo enfrentamientos con sectores del MAS, en particular con funcionarios del gobierno.
En la ciudad de La Paz también contendieron el MAS y la población que se opone a su gobierno y de aquí repercutieron muchos hechos que ponen en evidencia los problemas del gobierno.
Aunque los altos funcionarios del gobierno de Evo han dicho que la movilización opositora ha sido un fracaso y que los bloqueos fueron pocos y que estuvieron protagonizados por contadísimos activistas, lo que el gobierno no puede ni quiere ver es que estos bloqueos se multiplicaron por toda la ciudad. La población de la capital del país pudo ver como vecinos salieron por la mañana a bloquear su calle, cercar con un alambre o soga y colgar una bandera y un cartel contra la repostulación de Morales exigiendo el respeto a los resultados del voto del 21 de febrero de 2016 (21F).
Muchas plazas de barrios y calles de alto tráfico en las zonas aledañas al centro fueron cercadas, incluso las avenidas de acceso a mercados, estas medidas fueron protagonizadas principalmente por vecinos del barrio a los que se sumaban personas durante el día. En estos puntos participó la población descontenta y en ninguno de los casos se reportó que los vecinos hayan protestado en contra de estos “micro bloqueos” para apoyar al gobierno. Este tipo de manifestación se dio en todos los barrios de la ciudad.
También hubieron puntos del bloqueo en el centro de la ciudad, en esos puntos, sobre los que se habla y se hace el reporte oficial, se presentó la acción de la policía reprimiendo con gas a los manifestantes con el fin de ocultar el descontento y servir de guardaespaldas a la movilización de los militantes del gobierno. Por donde pasaban los militantes del MAS pasaba la policía abriendo paso, tirando gas a los que bloqueaban y llevando un poco más de la mano a la concentración en favor de Evo Morales.
La policía cumplió a cabalidad su papel represor. El día anterior el ministro de Gobierno, Carlos Romero anunció que desplegaría “policías antiexplosivos en todo el país” en una clara intención de asustar a la población que se iba a manifestar, el anuncio de este siniestro personaje era relacionar las explosiones que se habían producido en el departamento de Oruro días antes, y donde hubo gran cantidad de muertos y heridos, como una posibilidad de que esto suceda en las concentraciones de los manifestantes por el 21F. Pero la policía hizo todo lo contrario, reprimió los puntos de bloqueo y lanzó gases contra los manifestantes no importándole que en los mismos estuvieran niños y ancianos, esto porque hubo manifestantes que salieron con sus familias, además, en una acción criminal la policía disparó al cuerpo con su arma de fuego un proyectil de gas contra uno de los activistas y abogado de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos.
La logística gubernamental para mover a sus militantes no consistió solo en el uso de la policía, el gobierno también les dio refrigerio en carros oficiales, realizó el control de tickets a sus funcionarios en la manifestación, lo mismo hicieron los dirigentes campesinos afines al gobierno con sus movilizados, pero además, y de esto se han mostrado muchas pruebas, funcionarios de gobierno repartían dinero a dirigentes en la vía pública realizado anotaciones sobre el monto entregado a cada uno. Al gobierno ya no le interesa guardar las formas, el prebendalismo y el pago por movilizarse se realiza a vista de la gente. Con todo eso la movilización en apoyo a Evo Morales no superó la concentración que en horas de la tarde realizarían las organizaciones que han llamado a defender el respeto al voto del 21F y la “democracia”.
Está bastante claro que al gobierno hoy le cuesta rivalizar con las protestas en la calle, ya no tiene el predominio total en la manifestación callejera como lo tenía hace algunos años, su “convocatoria consciente”, que nunca la fue, es más un acarreo de gente que una manifestación voluntaria de adhesión, dirigentes prebendales a punta de multas y promesas mueven a sus bases, los funcionarios de la administración estatal siguen instructivos de movilización en contra de su voluntad, éstos cada vez que pueden hacen llegar denuncias a los medios de comunicación sobre las multas que caen sobre ellos si no se movilizan. Toda esta demostración de apoyo es cada vez menos potente.
Por el contrario, la movilización contra el gobierno, incluso en lugares que antes eran bastión del MAS, como la ciudad de El Alto, ha resultado multitudinaria y se debe a diferentes problemas que tiene pendiente el gobierno, como por ejemplo la movilización de la UPEA, donde hay mucha gente del MAS, pero sin embargo la protesta estudiantil y la lucha actual por recursos económicos ha llevado a movilizarse recogiendo las demandas generales del 21F.
Es bueno también señalar que estos hechos se realizaban mientras el gobierno reprimía una movilización y bloqueo en la zona cocalera de los Yungas, estos campesinos cocaleros se han levantado contra Evo Morales y están pidiendo la comercialización sin intermediarios gubernamentales de la hoja de coca, y en su protesta fueron duramente reprimidos por la policía que envió a la cárcel a 4 personas, el gobierno acusó a éstas y a toda la movilización de usar armas, cosa que desmintieron tajantemente los dirigentes.
La manifestación contra el gobierno es diversa, no se trata solo de la clase media o de la “derecha” como alude el gobierno; hay una ausencia de una dirección política revolucionaria y en líneas generales un discurso y una posición liberal mantienen hegemonía, pero también hay sectores populares que buscar deslindar campos con estas posiciones, luchar contra el gobierno y luchar contra la influencia de la viejas posiciones conservadoras, no es una tarea fácil sin embargo tiene que hacerse ligado al pueblo y siendo parte de su lucha, incluso cuando esta pueda darse de manera equivocada. La responsabilidad de construir un movimiento popular independiente y con una línea de clase, que supere los problemas de espontaneísmo y que combata el oportunismo y las posiciones reaccionarias tiene que hacerse luchando al lado del pueblo.

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