miércoles, 21 de junio de 2017

Los “Tres excelentes Estilos de Trabajo” del Partido - Capítulo IX del libro "Una Comprensión Básica del PCCh"



Nota DPCP:
El blog "Defensa del PCP", a partir de hoy, pondrá a su disposición el libro "Una Compresión Básica del Partido Comunista de China", separado por capítulos a modo de correción de los posibles errores de tipeo y posteriormente compartiremos el libro completo en un solo archivo PDF.
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Capítulo IX
Los “Tres excelentes Estilos de Trabajo” del Partido

Según los estatutos del partido, todos los camaradas del partido deben “desarrollar el estilo de integrar la teoría con la práctica, mantener estrechos vínculos con las masas y practicar la crítica y la autocrítica”. Los tres excelentes estilos de trabajo de nuestro partido constituyen una excelente tradición establecida por el mismo Presidente Mao, y el valioso legado de nuestro partido para unir al pueblo y derrotar al enemigo. Todo miembro del partido comunista debe estudiar, defender y poner en práctica el excelente estilo de trabajo de nuestro partido con el fin de lograr aún más grandes victorias en la causa de la revolución y construcción socialistas.

Los “Tres Excelentes Estilos de Trabajo” Son una Excelente Tradición de Nuestro Partido.
Los tres excelentes estilos de trabajo de nuestro partido, forjados en el curso de largos años de luchas revolucionarias son uno de los sellos que distinguen a nuestro partido de los partidos políticos burgueses y revisionistas. Los partidos políticos de las diferentes clases tienen diferentes estilos de pensamiento y de trabajo. Nuestro partido siempre enarbola firmemente el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung como su guía para la acción, así como la concepción del mundo materialista dialéctica e histórica. El partido nos enseña a combinar conscientemente la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución en nuestro país y a perseverar en el estilo de trabajo de llevar a cabo el estudio e investigación como también buscar la verdad en los hechos. El partido nos enseña que las masas son los verdaderos héroes, que la causa de la emancipación del proletariado es la de centenares de millones de personas. Por lo tanto, en todas las circunstancias debemos contar con las masas y tener fe en ellas, forjar estrechos vínculos con ella y seguir la línea de masas. Estamos convencidos de que ya que nuestro partido representa los intereses fundamentales del proletariado y las masas trabajadoras, la causa por la que se levantan es una causa absolutamente justa. Por lo tanto los comunistas somos francos y abiertos en todas nuestras palabras y hechos, es así que practicamos valientemente la crítica y la autocrítica. Los tres grandiosos estilos de trabajo de nuestro partido reflejan las características de clase del proletariado y su carácter político específico. Por su parte, todos los partidos burgueses y revisionistas se basan en los intereses personales; los intereses que ellos representan son los intereses de las clases explotadoras. Su concepción del mundo es siempre idealista y metafísico, y esto explica porque ellos siempre confunden lo correcto y lo erróneo, porque sus acciones no están de acuerdo con sus palabras, porque engañan a las masas, están aislados del pueblo y temen a la crítica y la autocrítica. No teniendo la verdad de su lado, y no teniendo a las masas con ellos, no escaparan a su destino –están condenados a desaparecer de la faz de la tierra.
El estilo de trabajo del partido siempre ha estado estrechamente ligado a su línea. Un estilo de trabajo definido corresponde a una línea política definida, y el estilo de trabajo siempre sirve a una línea definida. Bajo la guía de una correcta línea, el excelente estilo de trabajo del proletariado puede desarrollarse en su mayor grado; pero si nos apartamos de esta correcta línea y seguimos una línea errónea, estamos obligados a ver difundidos todos los estilos insanos de trabajo y los vicios de la burguesía. Cuando estaba dirigiendo a nuestro partido en la aguda lucha contra líneas oportunistas de derecha e “izquierda”, el Presidente Mao siempre prestaba mucha atención a corregir el estilo de trabajo en el partido. El Análisis de las Clases en la Sociedad China (149), escrito por el Presidente Mao en la época de la primera guerra civil revolucionaria, es un brillante ejemplo de la integración de la teoría marxista-leninista con la realidad concreta de la revolución china. En los días iniciales de la fundación del Ejército Rojo, el Presidente Mao escribió las “Tres Principales Reglas de Disciplina y las Seis Advertencias” (posteriormente desarrolladas en las “Tres Principales Reglas de Disciplina y las Ocho Advertencias”) para preparar a nuestro partido y nuestro ejército en el excelente estilo de trabajo de integrarse con las masas y persistir en la lucha. En 1942, mientras dirigía personalmente el movimiento de rectificación en Yenán, el Presidente Mao emitió el llamado a “Combatir el subjetivismo para rectificar el estilo de estudio, combatir el sectarismo para rectificar el estilo en las relaciones de partido, y combatir el cliché en el partido para rectificar el estilo literario.” (150), y por medio de eso liquidar la influencia de las líneas oportunistas de derecha y de “izquierda” en la ideología y el estilo de trabajo. En el VII congreso del partido, el Presidente Mao, sintetizando profundamente nuestra experiencia básica en la construcción del partido, arrojó más luz sobre los tres grandiosos estilos de trabajo del partido, dando nuevo impulso a esta excelente tradición. En vísperas de la liberación total de nuestro país, en la II sesión plenaria del VII Comité Central, señalando que la victoria podría dar lugar en el partido a sentimientos de arrogancia, codicia, complacencia y búsqueda de placer, el Presidente Mao advirtió a todo el partido: “A los camaradas debe enseñárseles a ser modestos, prudentes y libres de arrogancia e impetuosidad en su estilo de trabajo. A los camaradas debe enseñársele a preservar el estilo de vida sencilla y lucha ardua”. (151) Después de que todo el país había sido liberado, adhiriéndose a los tres grandiosos estilos de trabajo de modestia, prudencia, y ardua lucha, nuestro partido repelió los corrosivos ataques de los proyectiles almibarados de la ideología burguesa, y garantizó así el continuo desenvolvimiento de la revolución y la construcción. Después de la Gran Revolución Cultural Proletaria, y en particular a lo largo del movimiento de crítica a Lin Piao y rectificación del estilo de trabajo, el estilo de trabajo del partido busca la verdad en los hechos y seguir la línea de masas, así como sus gloriosas tradiciones de modestia, prudencia y ardua lucha -un estilo de trabajo y una tradición saboteados por Lin Piao y su camarilla -sufrieron un nuevo desarrollo, permitiéndole a todo el partido avanzar con nuevo rigor.
La experiencia histórica demuestra que los tres grandiosos estilos de trabajo del partido han tenido una profunda influencia en todo el partido y el pueblo de todas las nacionalidades, garantizando la implementación de la línea revolucionaria del Presidente Mao, y jugando un importante papel en el victorioso desarrollo de la revolución y la construcción. Los comunistas de la vieja generación están familiarizados con esta excelente tradición de nuestro partido, pero aún se enfrentan con la cuestión de cómo avanzar bajo nuevas condiciones históricas visto que los muchos nuevos miembros del partido se enfrentan con la cuestión de aprenderlo, heredarlo, y avanzarlo. Debemos perpetuar esta excelente tradición de nuestro partido de generación en generación: es sumamente importante para la consolidación del partido.

El Estilo de Trabajo de Integrar la Teoría con la Práctica
La teoría a que se hace referencia aquí es la teoría revolucionaria del proletariado: el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung; y la práctica es nuestra práctica revolucionaria concreta -la práctica de los tres grandes movimientos revolucionarios, la lucha de clases, la lucha por la producción y la experimentación científica. Integrar la teoría con la práctica significa estudiar y resolver los problemas prácticos encontrados en el proceso de nuestra revolución y construcción utilizando la posición, el punto de vista y el método del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. El Presidente Mao utiliza esta expresión: “Disparar la flecha al blanco” (152). Como la flecha es al blanco, tal es la relación de la teoría a la práctica. Si vamos a disparar con precisión esta flecha de la teoría para dar en el blanco de la práctica, debemos adherirnos al siguiente método: utilizar la práctica como el punto de partida con el fin de estudiar la teoría marxista-leninista para un propósito definido y resolver los problemas surgidos en los tres grandes movimientos revolucionarios, y de esta teoría deriva nuestra posición, punto de vista y método. Si hay un divorcio entre la teoría y la práctica, estamos obligados a disparar al azar. Si utilizamos una correcta teoría simplemente para empecinarnos en cháchara vacía, nos absorbemos en ella sólo para dejarla a un lado y no hacer nada sobre esto, entonces es inútil, aunque esta teoría es lo más grandioso. Sólo si tratamos los problemas que surgen en el curso de la práctica revolucionaria, si los analizamos, estudiamos y resolvemos utilizando el arma teórica del marxismo-leninismo, podemos ligar la teoría con la práctica y disparar la flecha al blanco.
El Presidente Mao dice: “La estrecha integración de la teoría marxista-leninista con la práctica de la revolución china es el principio ideológico constantemente seguido por nuestro partido.” (153). La historia de nuestro partido es una historia de creciente integración de la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución china; es la historia del triunfo de todo el partido bajo la dirección del Presidente Mao sobre las líneas oportunistas de derecha e “izquierda”. Al dirigir la prolongada lucha de la revolución china y la situación de cada clase. El resolvió correctamente una serie de problemas que surgieron en la época de la revolución socialista en nuestro país, estableciendo correctas orientaciones políticas, línea y principios para nuestro partido, y garantizando nuevas y aún mayores victorias para la causa de la revolución y la construcción en nuestro país. La experiencia histórica del partido ha mostrado que integrando la teoría con la práctica y avanzando de acuerdo con la línea revolucionaria del Presidente Mao, el partido siempre se ha desarrollado y la causa revolucionaria salió siempre victoriosa. Por el contrario, cuando quiera que divorciamos la teoría de la práctica, y nos apartamos de la línea revolucionaria del Presidente Mao, el partido sufrió reveses, y la causa revolucionaria encontró fracasos. Por lo tanto decimos que la victoria de la revolución china es la extraordinaria victoria de la integración de la teoría marxista-leninista con la práctica de la revolución china, la extraordinaria victoria de la línea revolucionaria del Presidente Mao y del Pensamiento Mao Tsetung.
Unir la teoría con la práctica es el estilo de estudio revolucionario proletario por el que siempre abogó el Presidente Mao. Hay dos actitudes opuestas hacia el estudio del marxismo-leninismo. La primera es la correcta actitud marxista de integrar la teoría con la práctica. Con esta actitud, utilizamos la teoría y el método marxista-leninista para realizar sistemáticos y detallados estudios e investigaciones del entorno y combinar el entusiasmo revolucionario con lo práctico. Con esta actitud, podemos disparar la flecha al blanco. La otra actitud es la actitud subjetiva de divorciar la teoría de la práctica. Este es un mal estilo de estudio, un estilo que no corresponde al marxismo-leninismo -el dañino estilo de todos los oportunistas y revisionistas. Somos conscientes de que la cuestión del estilo de estudio es una cuestión de método de pensamiento, que concierne a los cuerpos dirigentes, a todos los cuadros y a toda la militancia del partido; es una cuestión relacionada con nuestra actitud hacia el marxismo-leninismo y la actitud de todos los camaradas del partido en su trabajo. Por esto es por lo que la cuestión de estilo de estudio siempre ha estado estrechamente ligada con la lucha de dos líneas. La oposición y lucha entre los dos estilos de estudio es el reflejo de la lucha de dos líneas sobre el problema del estudio. Elevando la cuestión de estilo de estudio al nivel de una cuestión de espíritu de partido, el Presidente Mao ha revelado profundamente la esencia del estilo de trabajo subjetivo que divorcia la teoría con la práctica: “Adoptar este estilo como norma de conducta es hacerse daño a sí mismo, adoptarlo para educar a los demás; es causarle daño y adoptarlo para dirigir la revolución es, perjudicarla”. “Es manifestación de que no existe espíritu de partido o que este es incompleto”. (154)
Liu Shao-chi, Lin Piao y otros estafadores de su tipo, así como los cabecillas de diversas líneas oportunistas estaban caracterizados en lo ideológico por la separación que hacían de lo subjetivo y objetivo como también de la teoría y la práctica. Ellos siempre se oponían febrilmente al principio de integrar la teoría con la práctica, siempre combatían el marxismo-leninismo pensamiento Mao Tsetung, promoviendo a cambio, el apriorismo idealista. Con el fin de practicar el revisionismo, tuvieron que oponerse primero a los principios fundamentales del marxismo-leninismo. Lin Piao sostenía que los clásicos del marxismo-leninismo solo trataban cosas del “pasado”, estaban “demasiados distantes de nosotros”, ya eran “obsoletos” y que no era necesario estudiarlos. Al sacar a relucir esta ultrarreacionaria teoría, él apuntaba a negar totalmente los principios fundamentales del marxismo-leninismo con el fin de difundir su basura revisionista y hacer realidad su complot contrarrevolucionario de restauración capitalista. Al mismo tiempo, Lin Piao se oponía con toda su energía a la práctica revolucionaria, abogaba por la reaccionaria teoría del “genio” y negaba que la práctica es la fuente fundamental del conocimiento. Sostenía que debemos proceder “de lo subjetivo a lo objetivo”, de la “idea a la realidad” e invertía por completo las relaciones entre teoría y práctica, lo subjetivo y lo objetivo. Por lo tanto, al tiempo que criticamos la contrarrevolucionaria línea revisionista de Lin Piao, debemos criticar constantemente el nocivo estilo de estudio antimarxista-leninista propagado por él y debemos eliminarlo.
Para defender el principio de integrar la teoría con la práctica, debemos adoptar la actitud científica de buscar la verdad en los hechos. “Hechos” son todas las cosas que existen objetivamente; “verdad” se refiere a sus relaciones internas; y “buscar” quiere decir estudiarlas. En el trabajo cotidiano, mostrar la actitud científica de buscar la verdad en los hechos significa estudiar y captar las leyes que gobiernan el desarrollo de las cosas objetivas, bajo la guía del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung; significa ligar la línea política, orientación y principios del partido así como las instrucciones de los niveles superiores, a la situación actual de nuestra área o unidad; también significa discutirlas y realizarlas a cabalidad, esforzarnos por hacer que lo subjetivo concuerde con lo objetivo, e integrar la teoría con la práctica para disparar la flecha al blanco en nuestro trabajo, y lograr los resultados esperados.
Para defender el principio de integrar la teoría con la práctica debemos estudiar e investigar la situación social. Estudiar e investigar es el método científico del marxismo-leninismo; cuando emprendemos tal tarea, debemos hacer investigación profunda y detallada de la situación actual, y luego analizar y estudiar el material recopilado “desechar la cáscara para quedarse con el grano, descartar lo falso para conservar lo verdadero, pasar de un aspecto a otro y de lo externo a lo inter… dar un salto del conocimiento sensorial al racional” (155); debemos saber cómo discernir lo importante de lo secundario, captar la esencia de un fenómeno, y distinguir lo verdadero de lo falso con el fin de sacar las conclusiones que concuerden mejor con la realidad, y llevar a cabo nuestro trabajo basado en la realidad.

El Estilo de Trabajo de Mantener Estrechos Vínculos Con las Masas
Mantener estrechos vínculos con las masas y discutir todos los asuntos con ellas es el excelente estilo de trabajo de nuestro partido, la fuente de la fuerza que nos permite derrotar a todos los enemigos y superar todas las dificultades.
El marxismo sostiene que las masas populares son los amos de la historia; ellas son la fuerza decisiva que hace avanzar la sociedad. No sólo son las masas las creadoras de la riqueza espiritual y material del mundo, sino que sus luchas revolucionarias son la fuerza motriz que hacen avanzar la sociedad. Los esclavos son los hacedores de la historia; este es un punto de vista materialista histórico fundamental. Marx y Engels señalaron: “El movimiento histórico es obra de las masas”, (156) y Lenin escribió: “el socialismo vivo, creador, es obra de las masas mismas”;(157) el Presidente Mao también indicó: “El pueblo y sólo el pueblo es la fuerza motriz de la historia mundial”: (158) Para mantener estrechos vínculos con las masas, debemos estar firmemente imbuidos con la idea de que “las masas son los verdaderos héroes” (159) estar convencidos de que la fuerza de revolución reside en las masas populares, y reconocer plenamente su glorioso papel como las hacedoras de la historia. La razón por la que nuestro partido puede dirigir a las masas populares es precisamente debido a que representa los intereses de las masas, le sirve a ellas de todo corazón, manteniendo estrechos vínculos con ellas, lucha por el logro del comunismo.
Mantener estrechos vínculos con las masas es una gloriosa tradición de nuestro partido. En la época de la revolución democrática, nuestro partido, bajo la dirección de la línea revolucionaria del Presidente Mao Tsetung, fundó el Ejército Popular de Liberación, y estableció bases revolucionarias movilizando plenamente a las masas y confiando en ellas. De esa forma, después de 28 años de heroica lucha, teniendo solo millo y fusiles improvisados, tuvo éxito en derrotar a los bandidos fascistas japoneses que se creían invencibles, y en destruir el reaccionario ejercito del Kuomintang de ocho millones de soldados, apertrechado por el imperialismo norteamericano. Durante aquellos años de dura lucha, nuestro partido y nuestro Ejército Popular, compartiendo en las buenas y en las malas con las masas, derrotaron a un poderoso enemigo y lograron la victoria total en la revolución de nueva democracia. Después de la liberación de todo el país, movilizando plenamente a las masas y confiando resueltamente en ellas, nuestro partido ha aplastado las desorganizaciones y sabotajes fomentados por los enemigos tanto de dentro como de fuera del país. Exhibiendo el espíritu revolucionario de independencia, autoconfianza y ardua lucha y con resolución para siempre avanzar despacio pero firmemente, ha convertido a la vieja China, pobre, atrasada y agobiada por la crisis en una nueva China socialista que está en camino a la prosperidad. En el curso de la Gran Revolución Cultural Proletaria, iniciada y dirigida personalmente por el Presidente Mao, nuestro partido movilizó a las masas a gran escala, confiando en ellas, y mediante la práctica de la amplia democracia bajo la dictadura del proletariado, levanto un extraordinario movimiento de masas que fue desencadenado como un incontenible torrente, aplastando los dos cuarteles generales burgueses -uno encabezado por Liu Shao-chi y el otro por Lin Piao- logrando así muchas importantes victorias en la Gran Revolución Cultural Proletaria. Incontables hechos muestran que las masas populares, armadas con el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung son invencibles; dado que tenemos fe en las masas, confiamos en ellas y mantenemos estrechos vínculos con ellas, estamos condenados a lograr la victoria.
Tener estrechos vínculos con las masas o estar divorciadas de ellas (o incluso temerles u oponerse al movimiento revolucionario de masas) no es simplemente una cuestión de método sino por el contrario una cuestión fundamental de posición y concepción del mundo. Es también una importante cuestión en la lucha entra la línea revolucionaria del Presidente Mao y las líneas oportunistas de derecha e “izquierda”. Todos los cabecillas de las líneas oportunistas son idealistas, toman obstinadamente el bando de la burguesía, siempre calumnian y desprecian a las masas con toda su fuerza. Niegan el grandioso papel de las masas populares como las hacedoras de la historia, se oponen a la línea de masas del partido, son hostiles hacia los movimientos de masas revolucionarios dirigidos por el partido y los sabotean. En la época de la primera guerra civil revolucionaria, el cabecilla de línea oportunista de derecha, Chen Tu-hsiu, calumniaba al proletariado chino diciendo que era “infantil”, que “no constituía una fuerza revolucionaria independiente”, sostenía que el pueblo chino era “indisciplinado”, “conservador” y que “le sería difícil triunfar en la revolución”. El no tenía fe en el poder de la revolución, llevaba a cabo una línea capitulacionista, y llevó a la derrota al heroico movimiento revolucionario. Con el fin de cambiar la línea básica del partido para todo el período histórico del socialismo, Liu Shao-chi, Lin Piao y otros estafadores de su ralea trabajaron con toda su fuerza para sabotear la línea de masas del partido y su excelente estilo de trabajo de mantener estrechos vínculos con las masas. Difundiendo abiertamente la teoría del “atraso de las masas”, Liu Shao-chi se opuso a la movilización de las masas durante el “movimiento de las cuatro limpiezas” (160) y durante la Gran Revolución Cultural Proletaria, implementó una línea reaccionaria burguesa y reprimió el movimiento revolucionario de masas. En cuanto a Lin Piao, armó un alboroto sobre la “teoría del genio”, y descaradamente se atribuyó el mismo el título de “genio”, que poseía “conocimiento innato” y “conciencia innata”. Al mismo tiempo calumniaba a las masas de obreros y campesinos tratándolos de escoria interesada solamente en “enriquecerse y buscar placer” que no sabía nada más que de “aceite, sal, soya, salsa, vinagre y leña”. Lin Piao y su camarilla también propagaron la tontería de que “los héroes y los esclavos hacen la historia juntos”, tratando de este modo de utilizar el sofisma doble para negar los principios fundamentales del marxismo-leninismo. Debemos criticar por completo la concepción de la historia reaccionaria e idealista de Liu Shao-chi y Lin Piao, fortaleciendo constantemente los vínculos entre el partido y las masas y avanzar valientemente según las líneas políticas establecida por el X congreso.
Para mantener estrechos vínculos con las masas, debemos discutir los asuntos con ellas y escuchar modestamente sus opiniones El Presidente Mao nos enseña que “las gentes con verdadero conocimiento personal son quienes están comprometido en la práctica en todo el mundo” (161) Combatiendo en las líneas de frente de los tres grandes movimientos revolucionarios, las amplias masas populares tienen un rico conocimiento práctico. Sólo escuchando modestamente las opiniones de las masas y discutiendo los asuntos con ellas podemos concentrar su sabiduría, utilizar sus innovaciones, sintetizar su experiencia y obtener el conocimiento correcto necesario para dirigir la práctica revolucionaria. Para discutir los asuntos con las masas, debemos escuchar sus opiniones. Debemos escucharlas cuando no tenemos destreza en el trabajo, cuando surgen dificultades, o cuando no tenemos suficiente experiencia, y esto es tanto más necesario cuando conocemos bien la situación, cuando el trabajo está yendo bien y cuando alcanzamos victorias. Debemos escuchar todas las opiniones de las masas, sea que estemos de acuerdo con ellas o no. Debemos siempre dejar que todo el mundo diga lo que tenga que decir, que la gente exprese lo que tienen en su mente. Debemos recoger el conocimiento de las masas, diferenciar lo que se es de valor de lo que no lo es, y sobre la base del Pensamiento Mao Tsetung, lograr unidad de pensamiento. Sólo de esta forma podemos poner en pleno juego la iniciativa y creatividad de las masas, concentrar su sabiduría en el mayor grado posible y darle mayor impulso al desarrollo de la revolución y la construcción. A algunos camaradas les gusta decirlo todo y no dejan que las masas ventilen sus puntos de vista. Ya sea en el trabajo de investigación o en la solución de un problema, ellos quieren ser los únicos en resolverlo -no dejan que nadie hable- los demás sólo pueden oírlos a ellos y obedecer sus órdenes. Este estilo de trabajo es completamente incorrecto; sólo puede impedir que las masas se expresen plenamente sus puntos de vista, apagando su iniciativa y perjudicando la relación entre ellas y el partido.
Para mantener estrechos vínculos con las masas, debemos asumir una correcta actitud hacia ellas, y tratarlas correctamente. El marxismo siempre ha sostenido que es sólo teniendo fe en las masas, confiando en ellas y manteniendo estrechos vínculos con ellas que cada individuo puede jugar su papel a plenitud y contribuir mejor a la causa de las masas populares. Si sobrestimamos el papel del individuo y subestimamos la fuerza de las masas populares, si persistimos en creer que todo lo que hacemos es bueno y que cualquier cosa que hacen las masas no vale la pena, entonces estamos invirtiendo las posiciones respectivas de las masas y los individuos, y deslizándonos en el pantano del idealismo histórico. En lo que respecta a los cuadros y militantes del partido, con el fin de tratar correctamente a las masas, deben convertirse voluntariamente en alumnos de las masas, aprender modestamente de ellas, ser visto por ellas como gente trabajadora sencilla y echar profundas raíces entre ellas. Los cuadros del partido deben tomar parte continuamente en el trabajo productivo colectivo, conservar siempre las características del pueblo trabajador y ser una sola cosa junto con las masas.
Para tratar correctamente a las masas, también debemos saber cómo utilizar el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung para dirigirlas. Para los miembros del partido comunista, mantener estrechos vínculos con las masas significa aprender de ellas; también significa propagar el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung en medio de ellas con el propósito de armarlas y organizarlas. En cuanto al método de tratar con las masas, de una parte debemos combatir la teoría de la “omnisapiencia del liderato” y el “atraso de las masas”, derrotar el dañino estilo de trabajo del burocratismo y el autoritarismo; y de otra parte, debemos oponernos a la línea de; “si las masas lo quieren de esa forma, que así sea” y derrotar la dañina tendencia de ir a la cola de las masas. Es la única forma en la que podemos aplicar correctamente la línea revolucionaria del Presidente Mao y cumplir adecuadamente el trabajo del partido.
Para mantener estrechos vínculos con las masas debemos practicar el estilo de trabajo de modestia, prudencia y ardua lucha. En todo momento, los miembros del partido comunista debemos respirar el mismo aire que las masas y compartir la misma suerte; no podemos buscar comodidad y placeres y desdeñar la vida dura diaria. Aun cuando hayamos sido promovidos, no debemos de vista el estilo de trabajo de ser modestos, prudentes y mantener estrechos vínculos con las masas; aun cuando tengamos mejores condiciones de vida, no debemos abandonar el estilo de ardua lucha. Sólo de esta forma podemos oponernos efectivamente a la corrupción de las ideas y el estilo de vida burgueses y nunca apartarnos de las masas, de modo que nuestro partido mantenga siempre relaciones con las masas, como el pez con el agua, para ganar aún mayores victorias en la revolución y la construcción.

El Estilo de Trabajo de Practicar la Crítica y la Autocrítica
La crítica y la autocrítica son afiladas armas con las cuales fortalecer la construcción del partido en lo ideológico, consolidar su unidad y aumentar su capacidad de combate. Objetivamente, existen contradicciones dentro del partido. Existe el reflejo dentro del partido de las contradicciones de clase y de las contradicciones entre lo viejo y lo nuevo en la sociedad. La crítica y la autocrítica constituyen el medio básico con el cual librar correctamente la lucha interna del partido y resolver las contradicciones internas del partido. A lo largo de todo el período histórico del socialismo, ya que todavía existen las clases, las contradicciones de clase y la lucha de clases, las viejas ideas, la vieja cultura y las viejas costumbres de la burguesía y otras clases explotadoras influencian a los miembros de nuestro partido y corroen su cuerpo cada día y cada minuto. Para combatir la infección causada en el cuerpo de nuestro partido por el polvo y los gérmenes políticos de la burguesía, y para resistir la corrupción de los miembros del partido por las ideas burguesas y las ideas de las otras clases explotadoras, debemos librar una activa lucha ideológica y derrotar todas las ideas no-proletarias con la ideología proletaria. Las luchas internas del partido deben ser reguladas por métodos correctos. En el caso de problemas ideológicos en el seno del pueblo, no debemos ser abusivos ni utilizar los puños ni las armas. Para resolver estas disputas, sólo debemos utilizar los métodos de discusión, persuasión, crítica y autocrítica. Debemos ver que la crítica y la autocrítica sean utilizadas para desarrollar las cosas positivas, superar las deficiencias, corregir los errores y así, sobre la base de una correcta línea, fortalecer la unidad y consolidación del partido.
La crítica y la autocrítica representan para los comunistas un arma esencial para “deshacernos de lo rancio y tomar lo fresco”. (162) En lo ideológico y remodelar la concepción del mundo. Ya que los miembros de nuestro partido tienen diferentes orígenes de clase, provienen de diferentes capas del pueblo y viven en una sociedad en la que existen clases, las ideas burguesas y la fuerza de las viejas costumbres continuamente influencian a los miembros del partido y corroen las filas del partido. En las mentes de muchos camaradas, aún persiste en algún grado ideas no-proletarias. Sólo agarrando el arma de la crítica y la autocrítica y trabajando duro por “deshacernos de lo rancio y tomar lo fresco”, podemos posiblemente derrotar las diversas ideas no-proletarias y contener la corrupción por la ideología burguesa y la ideología de todas las otras clases explotadoras. Además, ya que nuestro conocimiento del mundo objetivo es necesariamente limitado, es difícil evitar las deficiencias y los errores en nuestro trabajo. La práctica frecuente de la crítica y la autocrítica con el fin de exponer los errores y deficiencias que surgen en nuestro trabajo nos permitirá barrer el idealismo y sintetizar nuestras experiencias para continuar avanzando. Esto nos permitirá hacer mejor nuestro trabajo y hacer más grandes contribuciones al partido y al pueblo.
El Presidente Mao siempre le ha dado gran importancia a la crítica y la autocrítica. El señaló en su artículo “Sobre la corrección de las ideas erróneas en el partido”: “la crítica interna del partido es un arma para fortalecer la organización del partido y aumentar su capacidad de combate”. (163) El movimiento de rectificación en Yenán en 1942 fue un movimiento completo de educación marxista, así como un movimiento de crítica y autocrítica a gran escala. Después de la liberación de todo el país, nuestro partido dirigió de nuevo varios movimientos de rectificación. Durante la Gran Revolución Cultural Proletaria, las masas, por centenares de millones, utilizaron las armas de ventilar libremente los puntos de vista, cartelones de grandes caracteres, grandes debates e intercambio extensivo de experiencia revolucionaria con el fin de desenmascarar al puñado de personas en puestos de dirección en el partido seguidores del camino capitalista. (164) De esa forma, aplastaron los dos cuarteles generales burguesas dirigidos por Liu Shao-chi y Lin Piao y denunciaron y criticaron nuestros errores y deficiencias en el trabajo, fortaleciendo así grandemente la unidad del partido. Mediante el movimiento de crítica a Lin Piao y rectificación del estilo de trabajo, y mediante la crítica profunda de los crímenes contrarrevolucionarios y las falacias revisionistas de la camarilla anti-partido de Lin Piao, toda la militancia del partido ha aumentado enormemente su experiencia en la lucha de dos líneas, elevando su conciencia con respecto a la práctica de la crítica y la autocrítica y la gloriosa tradición del partido de la crítica y la autocrítica ha sido por lo tanto fortalecida.
Para realizar correctamente la crítica y la autocrítica, debemos primero aplicar conscientemente el principio de “unidad-crítica-unidad”. Esto significa que debemos partir del deseo de unidad y hacer una clara distinción entre lo verdadero y lo falso, mediante la crítica y la lucha, y sobre esta nueva base, alcanzar una nueva unidad. Cuando libramos la crítica y la autocrítica, debemos combatir dos actitudes erróneas: la primera consiste de hablar solo de la unidad, sin criticar ni combatir los errores y deficiencias. A los camaradas que adoptan esta actitud les gusta evitar contradicciones. Ante la lucha ellos mantienen su boca cerrada, no refutan las concepciones incorrectas cuando las oyen y no se oponen a las acciones que hacen daño al partido cuando las ven: “En cualquier circunstancia, no toman posición, para evitar mayores complicaciones”. Comportarse de esta forma igual que el “Viejo Sabio” es absolutamente erróneo. La segunda actitud es hablar solo de crítica y lucha, sin ningún deseo de unirse con los camaradas que han cometido errores. Los camaradas que adoptan esta actitud hacen juicios precipitados y acusaciones al alzar. Este método no sólo es incapaz de resolver algún problema, sino que también hace daño a los camaradas individualmente y a la unidad del partido. El Presidente Mao nos ha enseñado que “las declaraciones deben basarse en los hechos y la crítica debe centrarse en la política”. (165) Cuando se lleva a cabo la crítica y la autocrítica debemos buscar la verdad en los hechos y convencer a la gente con argumentos razonados; debemos hacerlo regularmente y a tiempo, no esperar que los problemas se acumulen y se conviertan en sumamente graves y luego tratar de rectificar todo a la vez. Seguir este método puede llevar a duras pérdidas mientras que intervenir a tiempo significa que se pueden reducir las pérdidas. Debemos depurar toda la vida de la organización utilizando el arma de la crítica y la autocrítica de manera profunda de modo que la vida organizativa del partido siga siendo vigorosa. Los camaradas dirigentes en todas las organizaciones del partido a todos los niveles deben participar en la vida de la organización de la misma forma que los militantes comunes; deben escuchar modestamente las opiniones y críticas de otros militantes, emprender regularmente la autocrítica y esforzarse por hacer el trabajo lo mejor posible.
Para llevar a cabo correctamente la crítica y la autocrítica, quienes critican deben aplicar el principio: “Decir todo lo que sabes y decirlo sin reservas”; si tienen sugerencias que hacer, deben hacerlas, si descubren deficiencias y errores, deben criticarlas. Al mismo tiempo, deben prestar cuidadosa atención a su actitud, método y resultados. En cuanto a quienes son criticados deben tener en mente la causa del partido y actuar según los principios: “No culpar al que habla sino poner cuidado a lo que dice” y “Corregir los errores si los ha cometido y guardarse de cometerlos si no los ha cometido” y escuchar modestamente las críticas formuladas por otros. Debemos atrevernos a aceptar la verdad y corregir nuestros errores. No importa quien haga una crítica, si es correcta debemos aceptarla. Aun cuando la crítica hecha por otros no esté de acuerdo con la realidad o si un análisis o la crítica hecha por otros no esté de acuerdo con la realidad o si un análisis o la crítica no son hechos muy conscientemente, debemos sin embargo oírlos pacientemente, tomar lo que es bueno de ella y no culpar al crítico, ni mucho menos utilizar esto como un pretexto para rechazar la crítica. No debemos sonreír ante los halagos ni enfurecernos ante las críticas, ni menos comportarnos como “un tigre al que no se le puede tocar el trasero”. Algunos camaradas, cuando han cometido un error y han sido criticados, no tratan de sacar lección de ello de manera positiva, sino que por el contrario piensan que ya no pueden “mantener erguida la cabeza” y se vuelven pasivos y apáticos en su trabajo, lo que sólo agrega nuevos errores a los primeros. En cuanto a los camaradas que, después de haber sido criticados guardan rencor y buscan vengarse de quienes los han criticado, están haciendo algo expresamente prohibido por la disciplina del partido, algo contra lo que debemos guardarnos resueltamente. Los cuadros del partido deben ser especialmente estrictos consigo mismos y servir como modelos para las masas y los miembros del partido. Cuando critiquen a alguien deben por supuesto defender los principios, pero también deben prestar atención al método: investigar, buscar la verdad en los hechos, nunca hablar o actuar a la ligera o como resultado de rumores, ni reprender a alguien por nada. Respecto a las críticas formuladas por los miembros del partido y las masas, deben tener amplitud mental proletaria, escucharlas con modestia, sacar conclusiones de las sugerencias de otros, extraer de ellas material para su educación política, corregir sus deficiencias y errores y hacer bien su trabajo.
Para llevar a cabo correctamente crítica y autocrítica, debemos emprender el “analizarnos” rigurosamente entre nosotros mismos. El Presidente Mao nos enseña: “La lucha del proletariado y las masas revolucionarias por cambiar el mundo comprende el cumplimiento de las siguientes tareas: cambiar el mundo objetivo y, al mismo tiempo su propio mundo subjetivo-cambiar su capacidad cognoscitiva y cambiar la relación entre el mundo subjetivo y el mundo objetivo”. (166) Para cambiar nuestro propio mundo subjetivo, debemos primero “analizarnos” rigurosamente nosotros mismos. En todo, uno se divide en dos (167) Esto también es cierto cuando nos examinamos nosotros mismo: si bien es necesario considerar nuestras fortalezas y logros, debemos tener aún más en mente nuestras debilidades y deficiencias. Solo examinando regularmente nuestras deficiencias y errores, podemos los miembros del partido comunista mantener siempre nuestro estilo de trabajo de prudencia y modestia, y comprendernos adecuadamente nosotros mismos para que podamos sopesar nuestro verdadero mérito. Si no nos conocemos nosotros mismos, no podemos aplicar en nosotros el principio de que uno se divide en dos; si vemos sólo nuestros logros y no nuestras deficiencias, estamos sujetos a caer en la ceguera. Si no analizamos y eliminamos por completo nuestras deficiencias y errores, nos perjudicamos nosotros mismos y perjudicamos la revolución. Sólo practicando regular y conscientemente la crítica y la autocrítica podemos evitar volvernos vanidosos a pesar de los elogios, recordar nuestras deficiencias cuando alcanzamos victorias, ni volvernos arrogantes ante el éxito, ni desalentarnos cuando enfrentamos fracasos, permaneciendo siempre con mente clara y lleno de elevado espíritu revolucionario y vigorosa voluntad para la lucha revolucionaria, nunca detenerse en el camino de continuar la revolución y prepararnos para hacer elementos avanzados del proletariado, merecedores del hombre.

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