sábado, 25 de marzo de 2017

Chiang Ching, las ambiciones revolucionarias de una líder comunista. (Parte III)

Aprendiendo a ir contra la corriente
 Por Zafia Ryan
Jiang Qing usó los largos intervalos que pasó recuperándose de enfermedades graves para leer sobre una amplia gama de temas, centrándose en "la lucha política principal entre el enemigo de clase y nosotros", como ella dijo. Examinó libros y artículos nuevos, y seleccionó los materiales más importantes para que Mao Tse Tung los leyera, indicando cuáles pensaba ella que eran las cuestiones clave. En particular, fue asignada para investigar cuestiones internacionales. Mientras se sentaba a su lado en el invierno de 1953, le mantenía al corriente de los acontecimientos y le leía periódicos y telegramas. En 1954, encontró un artículo escrito por dos estudiantes en el que criticaban los puntos de vista burgueses de un profesor, "Dream of the Red Chamber". Mostró el artículo a Mao, quien dio instrucciones al "People`s Daily" para que lo reimprimiera. Jiang comenzó a investigar la historia y encontró que tanto las principales revistas literarias como el "People`s Daily" habían rechazado publicar el artículo porque fue escrito por "don nadies", y no merecía sacudir barco literario; la misma reacción que Jiang Qing obtuvo del Departamento de Propaganda del Comité Central.
Mao emitió una directiva que celebraba el artículo, aclamándolo como el "primer ataque serio en 30 años" contra las denominadas autoridades literatiras. 
No balancear el barco 
Jiang Qing ya había provocado un nido de avispas sobre varias otras obras que defendían a las viejas clases feudales y burguesas, que llamaron la atención de Mao, como la obra llamada "Inside the Ching Court", una película sobre el Levantamiento de los bóxers de 1900, que mostraba al campesinado como ignorante y bárbaro, al mismo tiempo que glorificaba al emperador Manchú, quien representaba la aristocracia liberal. Jiang Qing se opuso a su circulación y promoción (por parte Liu Shao-chi, entre otros). Cuando Mao vio la película la calificó de “película de traición nacional”. 
Cuando "The Story of Wu Hsun" apareció en 1950 durante el movimiento de la reforma agraria, Jiang expuso el respaldo de la película a las aspiraciones burguesas y su mensaje básico, que predicaba la liberación y el éxito social a través de la educación, así como su actitud conciliadora hacia los terratenientes feudales. Wu Hsun fue un indigente que ahorraba cuidadosamente todo el dinero que podía, ganando interés de los terratenientes y usureros, hasta que tuvo lo suficiente para comprar propiedades y construir una escuela que ofrecía educación gratuita a niños pobres. Cuando Chou Yang, viceministro de Cultura, dijo que podía soportar un poco de reformismo, Jiang Qing dio un portazo con un "¡entonces continúa con tu reformismo!" 
Aunque incluso Mao pensase al principio que podía estar perdiendo el tiempo, Jiang investigó durante ocho meses la vida y la leyenda de Wu Hsun; quería estar preparada para lanzar una crítica informada y comenzar a atacar a los pilares y defensores de esta línea burguesa en las Artes. Al principio, Chou Yang intentó impedir que Jiang Qing llevara a cabo este proyecto, pero cuando fracasó le envió una secretaria para que fuese su asistente y sabotease el trabajo en la provincia de Shantung, donde la leyenda de Wu Hsun era especialmente fuerte. Al final resultó que un terrateniente local estaba promoviendo el modelo de Wu Hsun entre la gente, y cuanto más ahondaba en el pasado del compañero, más descubría sobre sus orígenes de clase. 
Jiang pidió ayuda a la gente del pueblo para llegar al fondo de esta cuestión, del "espíritu" de Wu Hsun. Descubrió que no sólo era un terrateniente con varias amantes, sino que había sido promovido para oponerse a las revueltas campesinas generalizadas que sacudieron el Shantung occidental. Envió informes a Mao, y el "People`s Daily" comenzó a publicar los resultados de la investigación; aparecieron equipos rivales de "comprobación de la investigación", y el debate sobre el modelo Wu Hsun se convirtió en una cuestión social general en 1951. 
El propio Mao escribió un editorial para el "People`s Daily" basado en lo relatado por Jiang Qing, señalando: "¡Vaya grado de confusión ideológica alcanzado en los círculos culturales de nuestro país! En opinión de muchos escritores, la historia se ha desarrollado no mediante el reemplazo de lo viejo por lo nuevo, sino por el esfuerzo de preservar lo viejo de la extinción; no por la lucha de clases para derrocar a los gobernantes feudales reaccionarios que tuvieron que ser derrocados sino por la negación de la lucha de clases de los oprimidos y su sumisión a estos gobernantes, a la manera de Wu Hsun". Mao hizo discusión sobre la película y los ensayos relacionados con la historia de Wu Hsun. Jiang Qing hizo contribuciones desde el principio en éste área, que estaba dominada casi totalmente por intelectuales burgueses que contaban con el apoyo de líderes revisionistas del PCCh.
Mientras Chou Yang se quejaba de que Jiang estaba "molestando" a escritores y artistas, ella tuvo en mente otras cuestiones: aquí había millones de campesinos que estaban haciendo colosales esfuerzos revolucionarios para transformar la agricultura y las relaciones sociales en el campo, y que tenían la oportunidad de ver tal vez una película u obra teatral al año. ¿Serían los emperadores y emperatrices relucientes que aplastaron sus rebeliones y los terratenientes arrogantes los nuevos actores, o las masas de trabajadores, sacrificando su sangre y dedicando su vida al cambio de la sociedad? Jiang Qing se negó a abandonar la controversia y, armada con el análisis pionero de Mao de la década de 1940 sobre el arte y la política, contribuyó a romper la paz de las esferas sagradas que hasta ahora apenas habían sido desafiadas, mucho menos transformadas, por la revolución, y usó esta controversia para exponer el pensamiento decadente de escritores y artistas que se aferraban al pasado. 
Junto a Mao, alentó a los nuevos "don nadies" a retar a las serias y mohosas “autoridades” y empezó a desarrollar puntos de vista para promover la ideología proletaria y los héroes revolucionarios. Estos truenos y estallidos en la arena cultural, una década antes de que se desencadenaran las tormentas de primavera de la Revolución Cultural, fueron animados por la iniciativa de Mao en 1957 de abrir la puerta a las cuestiones que afectaban directamente a la superestructura, con la campaña "Permitir que cien flores florezcan y que cien escuelas de pensamiento compitan". Mao insistió: "constantemente estamos soportándolas, invitando a las malas hierbas venenosas a emerger para poder criticarlas mejor". "La lucha de clases es una realidad objetiva, independiente de la voluntad del hombre... No se puede evitar aunque la gente quiera evitarla. Lo único que hay que hacer es aprovechar lo mejor posible la situación y guiar la lucha a la victoria". 
Atacar a la vieja superestructura... y a sus Guardianes
A medida que la década de 1950 llegaba a su fin, la lucha política dentro del Comité Central se agudizó dramáticamente. Los dos caminos y las dos líneas se mostraban cada vez más claramente: avanzar con la construcción socialista de la economía y la revolucionarización de la sociedad en su conjunto, o parar y "descansar", como los elementos burgueses, esos líderes veteranos del Partido atrapados en la primera frase democrática burguesa de la revolución, querían, para desarrollar el capitalismo. Además, la llamada de Kruschov al "goulash" en vez de al comunismo reforzó considerablemente el peligro en China. 
Durante las agitadas reuniones del Politburó en Lushan en 1959, Mao escribió a Jiang Qing, enviándola la respuesta que había preparado para contrarrestar la oposición del Ministro de Defensa Peng Teh-huai`s a acelerar la transición al socialismo. Peng estaba a punto de ser derrocado como principal representante en el Comité Central de la línea que defendía formar un ejército moderno como el soviético (y que se oponía a la creación de una milicia popular), una línea vinculada con el ataque a la transformación de las cooperativas agrícolas en el Gran Salto Adelante en nombre de promover la industria pesada y desarrollar el ejército. Aunque Mao intentó detenerla, consciente de que la lucha sería demasiada intensa para su frágil salud (la de Mao), Jiang Qing insistió en unirse a él en las reuniones para comprender completamente la situación. 
A comienzos de la década de 1960, la lucha se centró en cómo sintetizar el Gran Salto Adelante y la comunización en general. Liu Shao-chi, el principal oponente de Mao y el principal representante de los funcionarios del Partido que tomaban el camino capitalista, se mostró más abiertamente, pidiendo mayores incentivos monetarios para la producción agrícola, la extensión de parcelas privadas, más ferias rurales (capitalistas), etc. No casualmente, Liu comenzó a visitar el santuario de Confucio. Aunque Mao y el campo proletario estaban firmemente al mando del Partido en general, las fuerzas burguesas, que iban acumulando poder en los altos niveles del Partido, eran fuertes y muy capaces de crear una opinión pública para hacerse con el poder. Estos revisionistas tenían un fuerte dominio tanto del sistema educativo como de las artes, áreas claves para difundir la ideología e influenciar a las masas. 
La izquierda preparó un contraataque y comenzó a crear su propia opinión pública para una ofensiva mayor contra la burguesía presente en el Partido. Jiang Qing se sumergió en las batallas políticas junto a Mao. Comenzó a publicar artículos firmados por su nombre en algunas revistas juveniles y de mujeres, y volvió a fundirse con las masas en 1963 como parte del Movimiento Socialista Educativo, una ofensiva de Mao para combatir el revisionismo y las prácticas y la mentalidad burguesa, que sería la precursora de la Revolución Cultural. Mao invitó a los cuadros, artistas y escritores a ir de las ciudades al campo y aprender de las masas. 
En el X Pleno de la reunión del VIII Comité Central en 1962, se tomó una decisión tras mucho debate para dejar a Jiang Qing desafiar al Comité Municipal de Pekín, presidido por el miembro del Politburó y alcalde de Pekín Peng Chen (que era el responsable del establecimiento de la política nacional cultural). Estas eran personas que controlaban gran parte de la prensa china, sus teatros y sus círculos culturales, y que fomentaban una escuela de pensamiento (oponiéndose a la presión de Mao para revolucionar la sociedad y promoviendo el “cambio de plumaje” en nombre de la modernización) muy influyente, en general, entre los intelectuales.
Crearon un refugio para los nuevos escritores burgueses, como Wu Han, autor de la obra teatral Hai Jui Dismissed from Office, que apareció en 1961 como una protesta contra Mao por despedir al Ministro de Defensa Peng Teh-huai en 1959, cubierta por una metáfora/comparación/analogía con la era de la Dinastía Ming. Ellos también fueron los patrocinadores de una columna de periódico llamada "Three Family Village", que atacaba satíricamente a Mao y su línea. 
Si los revolucionarios criticaban los escritos o las producciones teatrales patrocinadas por la nueva burguesía, era porque estaban trabajando activamente para determinar la vida cultural e intelectual en general con su perspectiva de clase; dichas críticas fueron eludidas con falsas autocríticas o respondidas con artículos que tocaban puntos secundarios. Este dilema se volvió mayor por el hecho de que la izquierda no podía publicar todo lo que quería, teniendo que depender parcialmente de medios del Ejército, bajo la dirección de Lin Piao. Un tiempo después, a comienzos de 1966, Mao llamó al Ministerio central de Propaganda el "Palacio del Príncipe del Infierno": “¡Es preciso derrocarlo…! Es ventajoso para los déspotas mantener a la gente ignorante, y es a nuestro favor hacerlos inteligentes”.
Jiang Qing intentó obtener críticas de Hai Jui, despedido de la Oficina escrita e impresa en Pekín, pero esta camarilla lanzó un ajuste y le bloqueó en todas partes. Por último, trabajando bajo el liderazgo de Jiang y Mao, un joven escritor llamado Yao Wen-yuan, que se había convertido en activo durante el movimiento anti-derecha después de la Campaña de las Cien Flores, escribió una burlona crítica de esta obra. Pero sólo en Shanghai se pudo imprimir al principio, y no hasta noviembre de 1965, cuando Mao lo llamó la "señal" de la Revolución Cultural.  La camarilla de escritores de Pekín trató entonces de enterrar la enorme controversia que estalló en los matices académicos de la historia, incluso recurriendo a distanciarse del autor (y del vicealcalde de Pekín) Wu Han para salvar sus propias posiciones. 
 
Traducción: @Jiang69 y @amisirlou
Fuente: https://elgransaltoadelante.blogspot.cz/2016/12/jiang-qing-las-ambiciones_67.html

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